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SERIE DOCUMENTAL: 
"BLAS INFANTE. UN HOMBRE PARA UN PUEBLO"




"Blas Infante. Un hombre para un pueblo" es una serie documental de 8 capítulos de 50 minutos de duración cada uno, que rinde homenaje a esta figura trascendental para la historia de Andalucía cuando se cumple el 125 aniversario del nacimiento del Padre de la Patria Andaluza.


Un documento histórico
Dirigida por el periodista Antonio Ramos Espejo, la nueva serie profundiza en la biografía y el legado político e ideológico del notario y político de Casares. Mediante la acción política, el estudio de la historia y la realidad andaluza y la publicación de libros como El Ideal Andaluz o Fundamentos de Andalucía, Blas Infante terminó de moldear los rasgos básicos de la identidad y el pensamiento andalucista, que cristalizarán, después de la muerte de Franco, en las reivindicaciones de autonomía y libertad realizadas por el pueblo andaluz durante los años de la transición democrática. Para Ramos Espejo, "esta serie transciende del valor televisivo y se convierte en un documeto histórico en el que más de 200 personas hablan de la vida y obra del padre de la patria andaluza".



En sus primeros capítulos, "Blas Infante. Un hombre para un pueblo" aborda la educación sentimental y política del joven casareño. Durante su infancia y juventud, Infante va a descubrir los fundamentos históricos y políticos del andalucismo, que hunden sus raíces en el siglo XIX: las Cortes de Cádiz, la Junta Soberana de Andújar, la Constitución de Antequera o el movimiento liberalista y anarquista. Junto a esa toma de conciencia de la fuerte identidad histórica de Andalucía, Blas Infante crecerá observando las masas de jornaleros y campesinos empobrecidos, desposeídos y hambrientos. La contemplación de estas injusticias le convencerá, pasados los años, de que sólo si los andaluces tomaban las riendas de su propio destino podrían poner fin a aquella Andalucía caciquil y latifundista que condenaba a la miseria a gran parte de sus habitantes.


Reconstruir la historia
La serie parte de la reconstrucción biográfica del personaje a través de 200 testimonios, documentando fielmente las fuentes en un esfuerzo de producción sin precedentes. En total más de 20.000 kilómetros recorridos en una producción que ha durado 5 meses.



Por la importancia de los testimonios, que incluyen la participación de testigos de primer orden y políticos implicados en el proceso de la Transición, la preautonomía y la consecución del Gobierno andaluz, la serie trasciende su valor televisivo. Además de su importante aportación histórica y documental, esta serie cobra especial vigencia en la conmemoración del 125 aniversario del Padre de la Patria Andaluza.


Morir por Andalucía
Blas Infante fue fusilado en la carretera de Carmona el 11 de agosto de 1936, después de que un grupo de falangistas lo detuvieran días antes en su casa de Coria del Río. Pero a menudo, la sombra alargada de su cruenta muerte ha oscurecido la inmensa importancia de su herencia vital, que la serie documental trata de recuperar. Desde que en 1910 asumiera la plaza de notaría en la localidad sevillana de Cantillana, la conciencia política de Blas Infante no deja de crecer, en gran medida gracias a la estrecha relación que mantiene con el médico anarquista Pedro Vallina. Durante esa década, Blas Infante asiste al Congreso Georgista de Ronda de 1913, impulsa la creación de los centros andaluces y promueve la celebración de los congresos andalucista de 1918 y 1919, celebrados en Ronda y Córdoba respectivamente. Las reflexiones y vivencias políticas de esa etapa quedan reflejados en su primer libro, El Ideal Andaluz, y en la bandera y el escudo de Andalucía, símbolos que él mismo crea, y que completará más tarde con el himno andaluz, inspirado en un viejo cantar campesino.



La década de los años veinte, debido al silencio que impone la dictadura de Primo de Rivera, serán para Blas Infante años de tranquilidad y estudio. Pero Infante sigue estudiando el pasado de Andalucía y, entre otros episodios, "Blas Infante. Un hombre para un pueblo" reconstruye sobre el terreno el viaje que el notario realizó a Marruecos, buscando la tumba del rey sevillano Almutamid y el paradero de sus descendientes directos. Para Infante, como para todos los intelectuales y políticos de su generación, la II República abrió un período de frenética actividad política. Las elecciones de 1931 y el complot de Tablada, los trágicos hechos de Casas Viejas, la participación de Blas Infante en las Juntas Liberalistas y su colaboración con los sectores anarcosindicalistas, socialistas y liberales llenarán un intenso lustro, que concluirá con su trágica y casi anunciada muerte.